La teoría de la Crítica del Juicio de Kant ha sido generalmente considerada como punto decisivo en la historia de la Estética y la Filosofía del arte. Ella reúne y reconstruye los resultados de los análisis de los predicados estéticos y la actitud estética surgida en las escuelas de Leibniz y Locke, tal como han sido formuladas por filósofos como Baumgarten y Sulzer de un lado y Hume y Burke de otro. Pero también elevó la teoría estética a un nuevo nivel, -integrándola en el sistema de una nueva…
Read moreLa teoría de la Crítica del Juicio de Kant ha sido generalmente considerada como punto decisivo en la historia de la Estética y la Filosofía del arte. Ella reúne y reconstruye los resultados de los análisis de los predicados estéticos y la actitud estética surgida en las escuelas de Leibniz y Locke, tal como han sido formuladas por filósofos como Baumgarten y Sulzer de un lado y Hume y Burke de otro. Pero también elevó la teoría estética a un nuevo nivel, -integrándola en el sistema de una nueva epistemología que Kant había trabajado con éxito en la Crítica de la Razón Pura, basándose en la consideración según la cual, lo que llamamos razón consiste en una compleja interacción de varias operaciones epistémicas. Con miras a comprender lo que logra la "razón" hay que atender a las operaciones de las cuales procede tal logro. Además hay que atender a las fuentes en las que estas operaciones se originan y a los principios o reglas que las guían. La Crítica del Juicio descubre tal fuente con respecto a la apreciación de lo bello (y lo sublime). De este modo ha probado ser capaz de separar juicios estéticos de otras clases de juicios, al mismo tiempo que les conserva su pretensión de originarse en la razón en cuanto tal y en actividades que están entrelazadas con aquellas de las que depende todo el conocimiento de nuestro mundo. Estos juicios, sin duda, no expresan conocimiento. Pero su pretensión está igualmente justificada porque se funda exactamente sobre las mismas actividades que originan el conocimiento, aunque en un empleo interactivo peculiar. Por medio de este punto de vista, Kant provee por primera vez herramientas para el establecimiento de la actitud estética como independiente y autónoma, y de esta forma como el fundamento para una concepción del arte como un modo primordial de estar relacionado y situado dentro de nuestro mundo, que no puede ser reemplazado ni sobrepasado por otras realizaciones de las capacidades racionales del hombre.