Olbeth Hansberg

Both indignation, and sometimes shame, can be considered moral emotions because whoever feels them needs a sense of moral values and distinctions, and a grasp of what is correct and incorrect, just and unjust, honorable and dishonorable. However, there are differences in the moral aspects associated with each. Shame is related to self-respect and, sometimes, for this to be upheld, something moral is considered necessary. But shame, unlike indignation, is not moral in the sense of being other-regarding. The person who becomes indignant acknowledges the violations of the rights of others and their suffering. The focus here will be on explicating shame and indignation as emotions that require concepts, beliefs and desires related to morality.

En este artículo me ocupo de algunas características de las emociones y de sus relaciones con otras actitudes proposicionales que les permiten ocupar un lugar en el «espacio de las razones» y funcionar así como explicaciones de acciones intencionales. Examino las diferentes formas de usar los términos de emoción y las consecuencias que esto tiene para la explicación tanto de las emociones como de las acciones. Concluyo que el modelo de emociones de Davidson es demasiado restrictivo y opto por una forma de inteligibilidad menos rígida, la de la «causación razonable», que nos permite entender un estado mental o una acción como un efecto razonable de un conjunto de estados proposicionales. Finalmente menciono cómo la atribución de rasgos de la personalidad y otras actitudes generales sirven para guiar nuestras explicaciones y delimitar el tipo de estados mentales que pueden intervenir en ellas