Eduardo Garcia

The 2015–2017 programming cycle of The Comparison Project hosted two lectures on Santa Muerte: the first by Prof. Eduardo González Velázquez, a professor of history at Monterrey Tec National School of Social Sciences and Government, an international partner of Drake University; the second by Prof. Eduardo García-Villada, a professor of Spanish at Drake University. In this essay, we weave these two lectures into a composite picture of the role of the cult of Santa Muerte with regard to death and dying. Section one draws on Prof. García-Villada’s initial encounter of the cult and consequent exploration of its history and practices. Section two contains the majority of Prof. González’s lecture about how the cult serves migrants and other marginalized sectors of Central American society. Section three is an excerpt of Prof. García-Villada’s lecture on what the prayers to Santa Muerte reveal about her nature and the function of her cult vis-à-vis traditional power structures. Finally, section four contains the reflections of The Comparison Project’s director, Tim Knepper, about the relationship between the cult of Santa Muerte and the theme of the 2015–2017 programming cycle: medicalized dying. In a time when fear of death is a constant presence, the devotees of Santa Muerte have turned to her as a saint, if not a deity, who can protect and provide for them in a way that the state and church cannot, without regard for how marginalized or deviant they might be. In this sense, the cult of Santa Muerte serves an end not unlike that of bioethics: the attempt to control death.

El “pensamiento universitario” puede analizarse desde un enfoque tridimensional psico-docencial-filosófico. La psicología ofrece sus aportes científicos facilitando la reflexión filosófica de varios aspectos que se viven en el ejercicio de la docencia universitaria. Siendo la universidad adalid del desarrollo de la nación, su pensamiento nace del conocimiento científico y enseñar a pensar es una de sus misiones, junto con la investigación. Si los pensamientos guían las acciones, entonces las acciones revelan los pensamientos que las alientan. Los pensamientos racionales, formales, propios de los universitarios, no serán racionales si solamente son lógicos, así como la ciencia no lo es si su fin no es el ser humano. La responsabilidad se asienta en la racionalidad, esta ha de ser la guía de las acciones universitarias, pues la lógica no excluye la locura. El peligro es que el universitario obedezca a la lógica y no a la racionalidad, que esté ocupado desentrañando conceptos pero olvidando su humanidad. La investigación, como su misión, requiere diferenciar entre lo real y lo teórico, vencer la tendencia a usar una mirada de túnel y abrirse a la interdisciplinariedad, a las investigaciones en equipo, en una relación científica cosmos-fisis-bios-antropos, que se perciba en la vivencia universitaria y en sus decisiones.