Davide Daturi

Los alebrijes no son solo el producto de un acto libre de producción fantástica, sino el ejemplo concreto de un esquematismo fenomenológico; si bien parecen colocarse en el universo simbólico, su producción se mueve más bien en el marco de la pura fantasía. Eso significa que la naturaleza de estos productos (al borde entre arte y artesanía) no es ni representativa (o simbólica) ni abstracta, sino debemos pensarla paradójicamente como meramente fenoménica. Los alebrijes nacen en la profundidad del inconsciente fenomenológico, es decir en el nivel de la más profunda fenomenización del fenómeno y en ellos el sentido se encuentra todavía en estado naciente. Nuestro objetivo es llegar a entender la experiencia relacionada con este producto del arte a través del marco teórico y conceptual del filósofo belga Marc Richir.

El objetivo de este ensayo es aclarar el sentido de filosofía según el filósofo italiano Giovanni Piana. Más allá de ser una búsqueda de algo que se quiere saber o de un saber hacer, la filo-sofía es una actividad teórica que nace de un estado de confusión. La tarea del filósofo es en-tonces aquella de orientarse en esta confusión, tratando alcanzar la claridad. La propuesta me-todológica de Piana parte entonces de una aclaración conceptual que determina el trabajo del filósofo y para la cual se vuelve necesario el aporte de la fenomenología. Justo a partir de es-tas bases se desarrolla la propuesta filosófica de Giovanni Piana conocida como “estructura-lismo fenomenológico”. A pesar de que todo acto de experiencia posee una manera peculiar de estructurar el material (perceptivo, imaginativo o memorativo), el planteamiento de Piana pone la percepción como experiencia fundamental para un análisis genético que llegue a la aclaración conceptual de la esfera de la lógica.

Gran parte de la elaboración filosófica de Giovanni Piana tiene como objetivo construir una filosofía de la experiencia; ésta proviene de una reinterpretación crítica de la tradición empiris-ta. La experiencia es para Piana por un lado la percepción como capacidad que nos coloca en presencia de objetos y justo en los modos y las formas en los cuales aquélla se diferencia y por el otro, son experiencia todos aquellos “modos” que nos ponen en presencia de los obje-tos. Por lo tanto, precisamente si ampliamos la definición, también son experiencia “recordar”, “imaginar” etc... De todas experiencias es posible determinar los modos de operar, los que Piana considera verdaderas estructuras. El objetivo de este ensayo es aclarar la manera en la cual se desarrolla la teoría de la experiencia de Giovanni Piana en el marco de su estructura-lismo fenomenológico.

Marc Richir é, sem dúvida, um dos leitores mais profundos e atentos dos textos de Edmund Husserl. A capacidade deste autor para entrar em diálogo com o filósofo alemão, cujo valor, mas igualmente as limitações soube reconhecer, coloca‑o no centro do discurso filosófico da segunda metade do século XX e até hoje. O vigoroso caminho fenomenológico de Richir começa durante os anos 80, quando as obras do filósofo começam a tomar forma de um discurso denso e articulado em torno dos níveis arquitetónicos que estão atrás e por debaixo da experiência natural e intersubjetiva do mundo. De entre as possíveis objeções a Husserl, devemos reconhecer, segundo Richir, o paradoxo que gera o próprio conceito de fenómeno, ao qual o filósofo belga trata de tentar chegar mediante uma nova e mais radical forma de époché. Desde aí, abre‑se um horizonte de investigação novo, feito de uma fenomenalização considerada no seu aparecer instantâneo e intermitente, em nome do qual o filósofo deve estar disposto a renunciar à presença do eu constituinte enquanto condição da toda a experiência e conhecimento. Entre os temas que compõem o universo richiriano está aquele que se dirige à investigação dos conteúdos mínimos da experiência que se organizam antes da conceptualização. Retomando o conceito merleau‑pontyano de Wesen selvagem durante os anos 90, Richir coloca o espaço no centro do seu discurso e, em particular, a forma na qual este se encontra intimamente misturado com o tempo na constituição do mundo dos fenómenos. O modo como chegamos a introduzir‑nos no mundo como seres que sabem e conhecem não pode entender‑se sem as noções husserlianas de corpo vivido e intersubjetividade. Richir falará, então, da matriz arcaica da chôra, a partir da qual, mediante um certo tipo peculiar de esquematismo, se gerará a primeira fenomenalização do mundo que é reflexo da relação originária entre mãe e filho. A Leiblichkeit será então o pinto de dissensão, o lugar de um espaço transicional, interfático, que subjaz a toda a espacialização.