Marcelo Lopez Cambronero

La forma en la que los filósofos y teólogos contemporáneos desarrollan habitualmente sus investigaciones revela que se ha vuelto común entre ellos, sean o no cristianos, una comprensión de las relaciones entre filosofía y teología que hace, de hecho, que ambas disciplinas sean imposibles. Filosofía y teología han quedado subordinadas a criterios ideológicos que les son extrínsecos y que reducen sus horizontes hasta asfixiarlas. En el presente trabajo deseamos mostrar en qué consiste esta errónea comprensión, cómo se ha gestado a lo largo del Medioevo y de la Modernidad y cuál es la verdadera relación que han de mantener si quieren responder a la vocación, deseo y objeto que las constituye y dota de sentido.

The creation of a Metaverses as an alternative to everyday reality heralds the first practical expression of transhumanism. The Metaverse is not, as is generally understood, an alternative reality similar to the virtual world of “Second Life”, but rather a pretended “extension” of our daily life. The Metaverse heralds the ubiquitous presentation of an augmented reality that will be essential for work and private life. In this paper we will analyse the possibilities this new technology offers for both the improvement of our well-being and also greater social control and the manipulation of our feelings and desires with particular focus on the possible impact on individual identity, privacy and political consciousness.

En este trabajo deseamos ofrecer una propuesta sobre el tema de las relaciones entre la vida y el conocimiento. En concreto voy a presentar la vida, la vida concreta de cada cual, como la perspectiva privilegiada para el conocimiento. Especialmente desde la Ilustración, muchos autores han dudado de que la vida, la vida real, con todo su contenido, pueda ser un lugar apropiado para el conocimiento. La crítica de los prejuicios que llevaron a cabo pensadores como Descartes, Kant o Lessing, y también Husserl, han situado al filósofo ante la tesitura de tener que salirse de su propia vida para lograr conocer, y así dejar de lado lo que creíamos saber, abandonar la tradición a la que pertenecemos y que configura nuestra manera de pensar y, en general, de relacionarnos con la realidad. Deseamos mostrar que la perspectiva individual, la vida de cada persona, con su tradición y sus expectativas, es la única perspectiva posible para lograr un verdadero conocimiento de la realidad.