Las políticas estatales e internacionales que se derivan de la concepción china de “civilización ecológica” (shengtai wénmíng) representan una variante filosófico-política que, en nuestro momento posindustrial, resurge como vía para intentar “corregir” la relación de extrañamiento entre el ser humano y la naturaleza. La noción se entiende, pues, como una alternativa –filosófica y gubernamental– que aboga por la coexistencia armónica entre la humanidad y la naturaleza, estableciendo su visión en …
Read moreLas políticas estatales e internacionales que se derivan de la concepción china de “civilización ecológica” (shengtai wénmíng) representan una variante filosófico-política que, en nuestro momento posindustrial, resurge como vía para intentar “corregir” la relación de extrañamiento entre el ser humano y la naturaleza. La noción se entiende, pues, como una alternativa –filosófica y gubernamental– que aboga por la coexistencia armónica entre la humanidad y la naturaleza, estableciendo su visión en una perspectiva más amplia que la de la mera “protección medioambiental” al incluir expresamente la dimensión cultural.
En lo que sigue, primeramente, se expondrá la historia conceptual de la noción. Esta es necesaria para conocer su génesis y comprender algunos de los motivos para su recuperación en la actualidad, desde su adopción a partir de postulados filosóficos soviéticos a su adaptación y regeneración en la política interna y externa de China del siglo veintiuno. Luego, se repasarán los motivos por los cuales, hoy en día, el gobierno chino promueve su propia agenda nacional alrededor de la “civilización ecológica” y de qué modo opera como agenda contrincante a la del “desarrollo sostenible”. A continuación, se subrayará la importancia de comprender a la “civilización ecológica” en su doble filiación con respecto al pensamiento antiguo chino y al marxismo ecológico, pues ambas raíces filosóficas coinciden en la defensa de una relación simbiótica entre ser humano y naturaleza. Se finalizará exponiendo algunas reacciones a la idea de “civilización ecológica”, como las que ven en ella una herramienta de diplomacia cultural para rivalizar con el modelo europeo medioambientalista o como una tópica ideológico-culturalista dirigida contra Occidente.